Si somos respetuosos de su majestuosidad, demostraremos agradecimiento con Dios y con la naturaleza por habernos premiado por el vital líquido.
Con cada gota que cuidemos, prolongaremos la agonía que le causaría al universo, una guerra por la falta de agua.
El futuro del agua y del mundo está en nuestras manos |
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